Pedro les dijo: —Me voy a pescar. Los otros le contestaron: —Vamos también nosotros contigo. Salieron, pues, y subieron a la barca; pero aquella noche no lograron pescar nada.
Recordad, hermanos, nuestros afanes y fatigas: cómo trabajamos día y noche para no ser gravosos a nadie, mientras os anunciábamos el evangelio de Dios.