y vio también el paño que habían colocado alrededor de la cabeza de Jesús. Solo que el paño no estaba en el suelo con las vendas, sino bien doblado y colocado aparte.
Entre ambos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas de lino bien empapadas en los aromas, según acostumbraban hacer los judíos para sepultar a sus muertos.