y en cuanto el organizador del banquete probó el nuevo vino, sin saber su procedencia (solo lo sabían los sirvientes que lo habían sacado), llamó al novio y le dijo:
Jesús les contestó: —¿Pueden acaso estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Ya llegará el momento en que les faltará el novio; entonces ayunarán.
Jesús visitó de nuevo Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Se encontraba allí un oficial de la corte que tenía el hijo enfermo en Cafarnaún.