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Referencias Cruzadas

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Juan 18:3

La Palabra (versión española)

Así pues, Judas tomó consigo un destacamento de soldados y guardias puestos a su disposición por los jefes de los sacerdotes y los fariseos, y se dirigió a aquel lugar. Además de las armas, llevaban antorchas y faroles.

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15 Referencias Cruzadas  

Manadas de novillos me cercan, toros de Basán me acosan.

El reino de los cielos puede compararse a diez muchachas que en una boda tomaron sendas lámparas de aceite y salieron a recibir al novio.

Se habían puesto a cenar y el diablo había metido ya en la cabeza de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de traicionar a Jesús.

La tropa, con su comandante al frente, y los guardias judíos arrestaron a Jesús y lo maniataron.

Como hacía frío, los criados y los guardias habían encendido una hoguera y estaban allí de pie, calentándose. También Pedro se quedó de pie junto a ellos, calentándose.

Al oír esta respuesta, uno de los guardias que estaban junto a Jesús le dio una bofetada, al tiempo que lo increpaba: —¿Cómo te atreves a contestar así al sumo sacerdote?

Al ver a Jesús, los jefes de los sacerdotes y sus esbirros comenzaron a gritar: —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Pilato insistió: —Tomadlo vosotros y crucificadlo; yo no encuentro delito alguno en él.

Llegó a oídos de los fariseos lo que la gente comentaba sobre Jesús y, puestos de acuerdo con los jefes de los sacerdotes, enviaron a los guardias del Templo con orden de apresarlo.

—Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo anunció de antemano en la Escritura por medio de David, referente a Judas, el guía de los que detuvieron a Jesús.

Vivía en Cesarea un romano llamado Cornelio, capitán del batallón que llevaba el nombre de «el Itálico».




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