mientras Simón Pedro seguía allí de pie, calentándose. Alguien le preguntó: —¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre? Pedro lo negó diciendo: —No, no lo soy.
Sara tuvo miedo, y lo negó diciendo: —Yo no me he reído. Pero el Señor le replicó: —Sí que te has reído.
El temor humano es una trampa, quien confía en el Señor está a salvo.
Entre tanto, Pedro estaba sentado fuera, en el patio. Se le acercó una criada, y le dijo: —Tú eres uno de los que acompañaban a Jesús, el galileo.
Entre tanto, Pedro estaba abajo, en el patio de la casa. Llegó una criada del sumo sacerdote
En medio del patio de la casa habían encendido fuego, y estaban sentados en torno a él; también Pedro estaba sentado entre ellos.
En esto llegó una criada que, viendo a Pedro junto al fuego, se quedó mirándolo fijamente y dijo: —Este también estaba con él.
Pedro lo negó, diciendo: —Mujer, ni siquiera lo conozco.