Tomás replicó: —Pero, Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?
Felipe, Bartolomé, Tomás y Mateo el recaudador de impuestos; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;
Jesús exclamó: —Gente incrédula, ¿hasta cuándo habré de estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traedme al muchacho.
Jesús, entonces, les dijo: —¡Qué lentos sois para comprender y cuánto os cuesta creer lo dicho por los profetas!
Tomás, apodado «el Mellizo», dijo a los otros discípulos: —¡Vamos también nosotros y muramos con él!
Y ya sabéis el camino para ir adonde yo voy.
Mi mandamiento es este: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
Pero ahora que vuelvo al que me envió, ¿por qué ninguno de vosotros me pregunta: «adónde vas»?