Juan 14:27

La Palabra (versión española)

La paz os dejo, mi paz os doy. Una paz que no es la que el mundo da. No viváis angustiados ni tengáis miedo.

Referencias Cruzadas

2 Crónicas 20:30

El reinado de Josafat, en cambio, fue tranquilo y Dios le concedió paz con sus vecinos.

Job 34:29

Si Dios guarda silencio, ¿quién condenará al malvado? Si oculta su rostro, ¿quién podrá verlo? Pero él vigila a personas y países,

Salmos 11:1

En el Señor confío, ¿cómo podéis decirme: «Vuela a los montes como un pájaro,

Salmos 112:7

No temerá las malas noticias, su corazón está seguro, confiado en el Señor.

Salmos 27:1

El Señor es mi luz, mi salvación, ¿de quién tendré miedo? El Señor es mi refugio, ¿a quién temeré?

Salmos 28:3

No me arrojes con los malvados ni con los que hacen el mal: hablan de paz con sus amigos, pero en su corazón hay violencia.

Salmos 29:11

El Señor fortalece a su pueblo, el Señor bendice a su pueblo con la paz.

Salmos 56:11

En Dios confío y no tengo miedo, ¿qué podrá hacerme el ser humano?

Salmos 56:3

Cuando tengo miedo, en ti confío;

Salmos 72:2

Él juzgará a tu pueblo con justicia, a los humildes con rectitud.

Salmos 72:7

Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz mientras dure la luna.

Salmos 85:10

El amor y la verdad se han encontrado, la justicia y la paz se abrazan.

Salmos 91:5

No temerás el terror de la noche, ni la flecha que ondea de día,

Proverbios 3:25

No temerás el terror imprevisto ni la ruina que sobreviene a los malvados,

Isaías 12:2

Pues Dios es mi salvación, en él confío y nada temo; Dios es mi fuerza y mi canto, el Señor es mi salvación.

Isaías 41:10

No temas, que estoy contigo; no te angusties, que soy tu Dios. Te doy fuerza y voy a ayudarte, te sostiene mi diestra salvadora.

Isaías 41:14

No temas, gusanito de Jacob; no te angusties, cosita de Israel; te voy a auxiliar —oráculo del Señor—. Tu redentor es el Santo de Israel.

Isaías 54:13

Yo instruiré a tus constructores, será grande la paz de tus hijos;

Isaías 55:12

Saldréis con alegría, guiados en paz; montes y colinas clamarán a vuestro paso, los árboles del campo os irán aplaudiendo.

Isaías 57:19

crearé en sus labios este canto: «Paz, paz al lejano y al cercano dice el Señor, voy a sanarlo».

Isaías 9:6

Para aumentar el señorío con una paz sin fronteras sobre el trono de David; lo asentará en todo su territorio con seguridad y firmeza, con justicia y con derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor del universo piensa ejecutar todo esto.

Jeremías 1:8

No les tengas miedo, pues estoy contigo para defenderte —oráculo del Señor.

Lamentaciones 3:17

Me han secuestrado la paz y hasta he olvidado la dicha.

Ezequiel 2:6

Y tú, hijo de hombre, no les tengas miedo ni te asusten sus palabras; ni te acobardes ante ellos. Ya sabes que son gente rebelde.

Daniel 4:1

Mientras yo, Nabucodonosor, vivía tranquilo en mi residencia, rodeado de prosperidad en mi palacio,

Daniel 6:25

El rey ordenó a continuación que arrojasen al foso de los leones a los hombres que habían denunciado a Daniel, junto con sus hijos y sus esposas. Todavía no habían llegado al suelo, cuando los leones se lanzaron sobre ellos y les trituraron los huesos.

Zacarías 6:13

Reconstruirá, en efecto, el Templo del Señor, recibirá honores reales y se sentará en el trono para gobernar. Un sacerdote se sentará en el trono y reinará entre ambos la concordia».

Números 6:26

¡Que el Señor te mire favorablemente y te colme de paz!

Mateo 10:26

No tengáis miedo a la gente. Porque no hay nada secreto que no haya de ser descubierto, ni nada oculto que no haya de ser conocido.

Lucas 1:79

para llenar de luz a los que viven en oscuridad y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por caminos de paz.

Lucas 10:5

Cuando entréis en alguna casa, decid primero: «Paz a esta casa».

Lucas 12:4

A vosotros, amigos míos, os digo que no tengáis miedo a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden hacer nada más.

Lucas 2:14

—¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!

Juan 14:1

No estéis angustiados. Confiad en Dios y confiad también en mí.

Juan 16:33

Os he dicho todo esto para que, unidos a mí, encontréis paz. En el mundo tendréis sufrimientos; pero ¡ánimo!, yo he vencido al mundo.

Juan 20:19

Aquel mismo primer día de la semana, al anochecer, estaban reunidos los discípulos en una casa, con las puertas bien cerradas por miedo a los judíos. Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: —La paz esté con vosotros.

Juan 20:21

Jesús volvió a decirles: —La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros.

Juan 20:26

Ocho días después, se hallaban también reunidos en casa los discípulos, y Tomás con ellos. Aunque tenían las puertas bien cerradas, Jesús se presentó allí en medio y les dijo: —La paz esté con vosotros.

Hechos 10:36

Fue Dios quien dirigió su mensaje a los israelitas y les anunció la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.

Hechos 18:9

Cierta noche, dijo el Señor a Pablo en una visión: —No tengas ningún temor. Sigue anunciando la buena nueva sin que nada te haga callar.

Romanos 1:7

A todos los que residís en Roma y habéis sido elegidos por Dios con amor para formar parte de su pueblo, os deseo gracia y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.

Romanos 15:13

Que el Dios de la esperanza, llene de alegría y paz vuestra fe para que desbordéis de esperanza sostenidos por la fuerza del Espíritu.

Romanos 5:1

Justificados, pues, por medio de la fe, Jesucristo, nuestro Señor, nos mantiene en paz con Dios.

Romanos 5:10

Y si, siendo enemigos, Dios nos reconcilió consigo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón, ya reconciliados, nos liberará y nos hará participar de su vida.

Romanos 8:6

Ahora bien, el afán por satisfacer los apetitos desordenados conduce a la muerte; el de hacer lo que es propio del Espíritu lleva a la vida y a la paz.

1 Corintios 1:3

Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz.

Gálatas 1:3

Que Dios Padre y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz.

Gálatas 5:22

En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, lealtad,

Gálatas 6:16

Paz y misericordia a cuantos se ajusten a esta norma, y al Israel de Dios.

Filipenses 4:7

Y la paz de Dios, que desborda toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos por medio de Cristo Jesús.

Colosenses 1:2

a los creyentes de Colosas, hermanos fieles en Cristo. Que Dios, nuestro Padre, os conceda gracia y paz.

Colosenses 1:20

y por medio de él reconciliar consigo a todos los seres: a los que están en la tierra y a los que están en el cielo, realizando así la paz mediante la muerte de Cristo en la cruz.

Colosenses 3:15

Que la paz de Cristo reine en vuestras vidas; a ella os ha llamado Dios para formar un solo cuerpo. Y sed agradecidos.

2 Tesalonicenses 1:2

Con vosotros, gracia y paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor.

2 Tesalonicenses 3:16

Que el Señor de la paz os conceda la paz siempre y en todas sus formas. El Señor esté con todos vosotros.

2 Timoteo 1:7

Porque no es un espíritu de cobardía el que Dios nos otorgó, sino de fortaleza, amor y dominio de nosotros mismos.

Hebreos 13:20

Que el Dios de la paz, el que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor, y lo constituyó supremo pastor del rebaño mediante la sangre de una alianza eterna,

Hebreos 7:2

Abrahán, a su vez, le dio la décima parte del botín. Melquisedec, que significa en primer lugar «rey de justicia», era también «rey de Salem», es decir, «rey de paz».

Apocalipsis 1:4

Juan a las siete iglesias de la provincia de Asia. Gracia y paz de parte del que es, del que era y del que está a punto de llegar; de parte de los siete espíritus que rodean su trono,

Apocalipsis 2:10

No te acobardes ante los sufrimientos que te esperan. Es verdad que el diablo va a poner a prueba a algunos de vosotros metiéndolos en la cárcel; pero vuestra angustia durará poco tiempo. Tú, permanece fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de vida.

Apocalipsis 21:8

Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los asesinos, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los embaucadores están destinados al lago ardiente de fuego y azufre, es decir, a la segunda muerte.