Juan 13:1

La Palabra (versión española)

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el fin.

Referencias Cruzadas

Proverbios 8:31

jugaba en su mundo habitado, compartiendo con los humanos mi alegría.

Jeremías 31:3

de lejos se le mostró el Señor. Te quise con amor eterno, por eso he prolongado mi favor;

Mateo 26:45

Cuando volvió, les dijo: —¿Aún seguís durmiendo y descansando? Mirad que ha llegado la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

Mateo 28:20

y enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Lucas 22:53

Todos los días he estado entre vosotros en el Templo, y no me detuvisteis. ¡Pero esta es vuestra hora, la hora del poder de las tinieblas!

Lucas 9:51

Cuando ya iba acercándose el tiempo de su Pascua, Jesús tomó la firme decisión de dirigirse a Jerusalén.

Juan 11:55

Estaba próxima la fiesta judía de la Pascua. Ya antes de la fiesta era mucha la gente que subía a Jerusalén desde las distintas regiones del país para cumplir los ritos de la purificación.

Juan 12:23

Jesús les dijo: —Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado.

Juan 13:29

Como Judas era el depositario de la bolsa, algunos pensaron que le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres.

Juan 13:3

Con plena conciencia de haber venido de Dios y de que ahora volvía a él, y perfecto conocedor de la plena autoridad que el Padre le había dado,

Juan 13:34

Os doy un mandamiento nuevo: Amaos unos a otros; como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros.

Juan 14:28

Ya habéis oído lo que os he dicho: «Me voy, pero volveré a estar con vosotros». Si de verdad me amáis, debéis alegraros de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.

Juan 14:31

pero tiene que ser así para demostrar al mundo que yo amo al Padre y que cumplo fielmente la misión que me encomendó. Levantaos. Vámonos de aquí.

Juan 16:28

Salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo para volver al Padre.

Juan 17:1

Después de decir todo esto, Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: —Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti.

Juan 17:16

Como yo no pertenezco al mundo, tampoco ellos pertenecen al mundo.

Juan 17:26

Les he dado a conocer quién eres, y continuaré dándoselo a conocer, para que el amor que tú me tienes se manifieste en ellos y yo mismo viva en ellos.

Juan 17:5

Ahora, pues, Padre, hónrame en tu presencia con aquella gloria que ya compartía contigo antes que el mundo existiera.

Juan 18:4

Jesús, que sabía perfectamente todo lo que iba a sucederle, salió a su encuentro y les preguntó: —¿A quién buscáis?

Juan 19:28

Después de esto, plenamente consciente de que todo había llegado a su fin, para que se cumpliese la Escritura, Jesús exclamó: —Tengo sed.

Juan 2:13

Estaba ya próxima la fiesta judía de la Pascua, y Jesús subió a Jerusalén.

Juan 6:4

Estaba próxima la Pascua, fiesta principal de los judíos.

Juan 7:30

Intentaron entonces prenderlo, pero nadie se atrevió a ponerle la mano encima, porque todavía no había llegado su hora.

Juan 7:6

Jesús les dijo: —Todavía no ha llegado mi hora; para vosotros, en cambio, cualquier tiempo es apropiado.

Juan 8:20

Jesús hizo estas manifestaciones cuando estaba enseñando en el Templo, en el lugar donde se encontraban los cofres de las ofrendas. Pero nadie se atrevió a echarle mano porque todavía no había llegado su hora.

Romanos 8:37

Pero Dios, que nos ha amado, nos hace salir victoriosos de todas estas pruebas.

1 Corintios 1:8

Él será quien os mantenga firmes hasta el fin, para que nadie tenga de qué acusaros el día de nuestro Señor Jesucristo.

Hebreos 3:14

Porque solo si mantenemos firme hasta el fin la confianza del principio, compartiremos la suerte de Cristo.

Hebreos 3:6

Cristo, en cambio, como Hijo que es, está al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros mientras mantengamos la confianza y la ilusión que nace de la esperanza.

Hebreos 6:11

Solo quisiéramos pediros una cosa: que no deis tregua a vuestro empeño hasta que la esperanza se convierta por fin en plena realidad.

1 Pedro 1:13

Tened, pues, a punto vuestra mente; no os dejéis seducir y poned toda vuestra esperanza en el don que os traerá la manifestación de Jesucristo.

1 Juan 4:19

Amemos, pues, nosotros, porque Dios nos amó primero.

Apocalipsis 1:5

y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados,