Jesús le dijo: —¡Déjala en paz! Esto lo tenía guardado con miras a mi sepultura.
porque es el abogado del pobre para salvarlo de los jueces.
El ángel del Señor dijo a Satán: —Que el Señor te amoneste, Satán; que el Señor que ha elegido a Jerusalén te amoneste. ¿No es acaso este un tizón sacado del fuego?
Pero Jesús, advirtiendo lo que pasaba, les dijo: —¿Por qué molestáis a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es bueno.
Al verter este perfume sobre mí, es como si preparara mi cuerpo para el entierro.
Pero Jesús les dijo: —Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo es bueno.
Había un hombre bueno y justo llamado José, que era miembro del Consejo Supremo,