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Referencias Cruzadas

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Juan 12:38

La Palabra (versión española)

Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha sido manifestado el poder del Señor?

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24 Referencias Cruzadas  

En tal coyuntura el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amón, se pusieron a orar, clamando al cielo.

No conquistaron la tierra con la espada ni fue su brazo quien les dio la victoria; fue tu diestra y tu brazo, fue la luz de tu rostro porque tú los amabas.

En breve aparecerá mi victoria, está en camino mi salvación, mi brazo gobernará a los pueblos, las islas me están esperando, confiadas en mi brazo poderoso.

¡Despierta, brazo del Señor, despierta y revístete de fuerza! Despierta como en los días de antaño, como en aquellas antiguas generaciones. ¿No fuiste tú quien destrozó a Rahab, quien traspasó al Dragón del mar?

¿Quién se fio de lo que decíamos? ¿A quién se reveló el poder del Señor?

¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías acerca de vosotros cuando dijo:

Jesús le contestó: —¡Feliz tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún mortal te ha revelado esto, sino mi Padre que está en los cielos!

Los que lo habían crucificado se repartieron sus ropas echándolas a suertes,

A pesar de haber visto con sus propios ojos los grandes milagros que Jesús había hecho, no creían en él.

El mismo Isaías había indicado la razón de su falta de fe:

Pero así se cumple lo que ya estaba escrito en su ley: Me han odiado sin motivo alguno.

Mientras estaba con ellos en el mundo, yo mismo cuidaba con tu poder a los que me confiaste. Los guardé de tal manera que ninguno de ellos se ha perdido, excepto el que tenía que perderse en cumplimiento de la Escritura.

llegaron a este acuerdo: —No debemos partirla; lo que procede es sortearla para ver a quién le toca. Así se cumplió el pasaje de la Escritura que dice: Dividieron entre ellos mis ropas y echaron a suertes mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados.

Pero no todos han aceptado el evangelio. Lo dice Isaías: Señor, ¿quién ha creído nuestro anuncio?

Pero Isaías se atreve a más todavía: Los que no me buscaban me encontraron; me manifesté a los que no preguntaban por mí.

Pero para los que Dios ha elegido, sean judíos o griegos, ese Cristo es poder y sabiduría de Dios,

para revelarme a su Hijo y darme el encargo de que lo anunciara a los que no son judíos. No solicité entonces ningún consejo humano;




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