Jesús encontró a mano un asno y montó sobre él. Así lo había predicho la Escritura:
Salta de alegría, Sion; grita jubilosa, Jerusalén, porque ya llega tu rey, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borrico, retoño de asna.
cortaron ramos de palmera y salieron a su encuentro gritando: —¡Viva! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el rey de Israel!
No temas, Jerusalén; mira, tu rey viene a ti montado sobre un asno.