Sin embargo, a pesar de haberse enterado de que Lázaro estaba enfermo, continuó en aquel lugar otro par de días.
A ese lugar Abrahán le puso el nombre de: «El Señor proveerá», y por eso hasta el día de hoy se dice: «Es el monte donde el Señor provee».
Entonces José se retiró, porque no podía reprimir las lágrimas. Cuando estuvo en condiciones de hablarles nuevamente, tomó a Simeón y lo hizo encadenar delante de ellos.
Pero el Señor espera para apiadarse, se pone en pie para perdonaros, pues es un Dios de justicia; dichosos los que esperan en él.
Jesús tenía una gran amistad con Marta, con su hermana María y con Lázaro.
Pasado este tiempo, dijo a sus discípulos: —Vamos otra vez a Judea.