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Referencias Cruzadas

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Juan 11:28

La Palabra (versión española)

Dicho esto, Marta fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: —El Maestro está aquí y pregunta por ti.

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19 Referencias Cruzadas  

y aquel día —oráculo del Señor del universo— os invitaréis unos a otros a la sombra de la parra y de la higuera.

Jesús les contestó: —Id a la ciudad, a casa de fulano, y dadle este recado: «El Maestro dice: Mi hora está cerca y voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos».

Entonces Jesús se detuvo y dijo: —Llamadlo. Llamaron al ciego, diciéndole: —Ten confianza, levántate, él te llama.

y, allí donde entre, decid al dueño de la casa: «El Maestro dice: ¿Cuál es la estancia donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?».

y decid al dueño de la casa: «El Maestro dice: ¿Cuál es la estancia donde voy a celebrar la cena de Pascua con mis discípulos?».

Lo primero que hizo Andrés fue ir en busca de su hermano Simón para decirle: —Hemos hallado al Mesías (palabra que quiere decir «Cristo»).

se encontró con Natanael y le dijo: —Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en el Libro de la Ley y del que hablaron también los profetas: Jesús, hijo de José y natural de Nazaret.

A este, el guarda le abre la puerta y las ovejas reconocen su voz; él las llama por su propio nombre y las hace salir fuera del aprisco.

En cuanto Marta se enteró de que Jesús llegaba, le salió al encuentro. María, por su parte, se quedó en casa.

María se levantó rápidamente y salió al encuentro de Jesús,

que no había entrado todavía en el pueblo, sino que estaba aún en el lugar en que Marta se había encontrado con él.

Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón, porque efectivamente lo soy.

Entonces Jesús la llamó por su nombre: —¡María! Ella se volvió y exclamó en arameo: —¡Rabboní! (que quiere decir «Maestro»).

El discípulo a quien Jesús tanto quería dijo entonces a Pedro: —¡Es el Señor! Al oír Simón Pedro que era el Señor, se puso la túnica (pues estaba solo con la ropa de pescar) y se lanzó al agua.

Por tanto, alentaos mutuamente y ayudaos unos a otros como ya lo hacéis.

Así pues, armaos de valor y no os dejéis vencer por el cansancio,




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