—Venid a verlo. Se fueron, pues, con él, vieron dónde vivía y pasaron con él el resto de aquel día. Eran como las cuatro de la tarde.
Yo amo a los que me aman y los que me buscan me encuentran.
Pero ellos le dijeron, insistiendo mucho: —Quédate con nosotros, porque atardece ya y la noche se echa encima. Él entró y se quedó con ellos.
quien al ver que lo seguían, les preguntó: —¿Qué buscáis? Ellos contestaron: —Rabí (que significa «Maestro»), ¿dónde vives? Él les respondió:
Uno de los dos que habían escuchado a Juan y habían seguido a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Natanael exclamó: —¿Es que puede salir algo bueno de Nazaret? Felipe le contestó: —Ven y verás.
Por eso, los samaritanos, cuando llegaron adonde estaba Jesús, le insistían en que se quedara con ellos. Y en efecto, se quedó allí dos días,
Todo aquel que el Padre me confía vendrá a mí, y yo no rechazaré al que venga a mí.
¿No ves que estoy llamando a la puerta? Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré en su compañía.