Juan 1:12

La Palabra (versión española)

pero a cuantos la recibieron y creyeron en ella, les concedió el llegar a ser hijos de Dios.

Referencias Cruzadas

2 Samuel 7:24

Has constituido a tu pueblo, Israel, en pueblo tuyo para siempre y tú, Señor, te has convertido en su Dios.

Isaías 56:5

les concedo en mi Templo y mi ciudad un apellido memorable, mejor que hijos e hijas; les daré un renombre perpetuo, que nadie podrá destruir.

Jeremías 3:19

Yo había pensado: Voy a contarte entre mis hijos, te daré una tierra deliciosa, la heredad más hermosa de las naciones. Pensaba que me llamarías «Padre», que no te apartarías de mí.

Mateo 10:40

El que os reciba a vosotros, es como si me recibiera a mí, y el que me reciba a mí, es como si recibiera al que me envió.

Mateo 12:21

Y en él pondrán los pueblos su esperanza.

Mateo 18:5

Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

Juan 1:11

Vino a lo que era suyo, y los suyos no la recibieron;

Juan 1:7

Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él.

Juan 11:52

Y no solamente por la nación judía, sino para conseguir la unión de todos los hijos de Dios que se hallaban dispersos.

Juan 2:23

Mientras Jesús permaneció en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, fueron muchos los que vieron los milagros que hacía, y creyeron en él.

Juan 20:31

Estos han sido narrados para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida por medio de él.

Juan 3:18

El que cree en el Hijo no será condenado; en cambio, el que no cree en él, ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios.

Hechos 3:16

Pues bien, por creer en Jesús se le han fortalecido las piernas a este hombre que estáis viendo y que vosotros conocéis. La fe en Jesús le ha devuelto totalmente la salud, como podéis comprobar.

Romanos 8:14

Los que se dejan conducir por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.

Romanos 8:16

Y ese mismo Espíritu es el que, uniéndose al nuestro, da testimonio de que somos hijos de Dios.

Romanos 8:19

La creación, en efecto, espera con impaciencia que se nos descubra lo que serán los hijos de Dios.

Gálatas 3:26

En efecto, todos vosotros, los que creéis en Cristo Jesús, sois hijos de Dios,

Gálatas 4:6

Y prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones; y el Espíritu clama: «¡Abba!», es decir, «¡Padre!».

Colosenses 2:6

Puesto que habéis aceptado a Cristo Jesús como Señor, comportaos ahora de manera consecuente.

2 Pedro 1:4

a través de preciosos y sublimes dones prometidos. De este modo podréis participar de la misma condición divina, habiendo huido de la corrupción que las pasiones han introducido en el mundo.

1 Juan 3:1

¡Mirad qué amor tan inmenso el del Padre, que nos proclama y nos hace ser hijos suyos! Si el mundo nos ignora, es porque no conoce a Dios.

1 Juan 3:10

En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: quien no practica el bien ni ama al hermano, no es hijo de Dios.

1 Juan 3:2

Ahora, queridos, somos hijos de Dios, aunque todavía no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que el día en que se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

1 Juan 3:23

Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros conforme al precepto que él nos dio.