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Referencias Cruzadas

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Josué 8:31

La Palabra (versión española)

conforme a lo que Moisés, siervo del Señor, había mandado a los israelitas y está escrito en el libro de la Ley de Moisés, a saber: un altar de piedras sin labrar, no tocadas por el hierro. A continuación ofrecieron al Señor holocaustos sobre él e inmolaron sacrificios de comunión.

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16 Referencias Cruzadas  

Pero no mató a los hijos de los asesinos, de acuerdo con lo escrito en la ley de Moisés, promulgada por el Señor: «Los padres no morirán por las culpas de los hijos, ni los hijos por las culpas de los padres. Cada cual morirá por su propio pecado».

El sumo sacerdote Jilquías dijo al secretario Safán: —He encontrado en el Templo el Libro de la Ley. Jilquías entregó el libro a Safán y este lo leyó.

Pero no mató a sus hijos, de acuerdo con lo escrito en la ley de Moisés, promulgada por el Señor: «Los padres no morirán por las culpas de los hijos, ni los hijos por las culpas de los padres. Cada cual morirá por su propio pecado».

separaban las partes que debían ser quemadas y las entregaban a los grupos de familias del pueblo para ofrecerlas a Dios, tal y como está escrito en el libro de Moisés. Y lo mismo hicieron con los novillos.

Igualmente, organizaron a los sacerdotes por turnos y a los levitas según sus clases para el servicio de Dios en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés.

En aquel tiempo se leyó en público el libro de Moisés y se encontró un texto en el que se prohibía terminantemente que amonitas y moabitas entraran a formar parte del pueblo de Dios,

Después Jetró, suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios al Señor; Aarón y todos los ancianos de Israel, por su parte, compartieron un banquete con el suegro de Moisés, en presencia del Señor.

Después mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer holocaustos e inmolar los novillos como sacrificios de comunión en honor del Señor.

Si Satanás expulsa a Satanás y actúa, por tanto, contra sí mismo, ¿cómo podrá mantener su poder?

El día en que cruces el Jordán para entrar en la tierra que el Señor tu Dios va a darte, erigirás unas grandes piedras, las revocarás con cal

y sobre las piedras escribirás, de manera bien legible, todos los mandamientos de esta ley.

Medita día y noche el libro de esta ley teniéndolo siempre en tus labios; si obras en todo conforme a lo que se prescribe en él, prosperarás y tendrás éxito en todo cuanto emprendas.




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