Hizo, pues, Josué que dieran una vuelta a la ciudad con el Arca del Señor, rodeándola una vez; luego regresaron al campamento, donde pasaron la noche.
Josué había dado esta orden al pueblo: —No lancéis gritos de guerra ni dejéis oír vuestras voces: que no salga ni una palabra de vuestra boca, hasta el día en que yo os mande lanzar el grito de guerra. Entonces lo lanzaréis.
Josué se levantó de madrugada y los sacerdotes cargaron a hombros el Arca del Señor.
El segundo día dieron otra vuelta a la ciudad y regresaron al campamento. Así durante seis días.
Todos vuestros guerreros darán cada día una vuelta alrededor de la ciudad. Así durante seis días.