Así pues, las ciudades asignadas a los levitas en medio de la propiedad de los israelitas, fueron en total cuarenta y ocho con sus correspondientes lugares de pasto.
Los israelitas, atendiendo el mandato del Señor, proporcionaron a los levitas, de su propia heredad, las siguientes ciudades con sus correspondientes lugares de pasto.
El total de ciudades asignadas por suerte a los clanes de los descendientes de Merarí, es decir, al resto de los clanes levíticos, fue de doce ciudades.