Los hombres le respondieron: —Nosotros quedaremos libres del juramento que nos has exigido si tú no cumples con esta condición:
El rey perdonó la vida a Mefibóset, hijo de Jonatán, el hijo de Saúl, en virtud del juramento sagrado sellado entre David y Jonatán, el hijo de Saúl.
No pronunciarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no dejará sin castigo al que tal haga.
Se dirigió Moisés a los líderes de las tribus israelitas y les dijo: —Esto es lo que el Señor ha mandado.
cuando entremos en el país, deberás atar a la ventana por la que nos has descolgado este cordón de hilo rojo después de haber reunido contigo en esta casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
Ahora bien, si nos denuncias, quedaremos libres del juramento que nos has exigido.