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Referencias Cruzadas

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Jonás 4:2

La Palabra (versión española)

y oró al Señor con estas palabras: —¡Oh, Señor! ¿Acaso no era esto lo que yo me decía mientras estaba en mi tierra? Por esto me apresuré a huir hacia Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios benévolo y compasivo, lento para enojarte y lleno de amor; yo sabía que te retractas del castigo.

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24 Referencias Cruzadas  

Luego siguió por el desierto una jornada de camino y al final se sentó bajo una retama y se deseó la muerte diciendo: —¡Basta ya, Señor! Quítame la vida, pues yo no valgo más que mis antepasados.

El Señor es clemente y compasivo, paciente y lleno de amor.

El Señor es clemente y compasivo, paciente y grande en amor.

Él, misericordioso, perdonaba su pecado y no los destruía; su ira contenía una y otra vez, no desplegaba todo su furor.

Pero tú, mi Dios, Dios clemente y compasivo, paciente, lleno de amor y de verdad,

Tú, mi Dios, eres bueno y clemente, lleno de amor para quienes te invocan.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? ¡Apiádate de tus siervos!

Entonces el Señor renunció a aplicar el castigo con que había amenazado a su pueblo.

pero resulta que ese pueblo se convierte de su maldad, entonces también yo me arrepentiré del mal que había decidido hacerle.

Me sedujiste, Señor, y quedé seducido; me agarraste con fuerza y me sometiste. Yo era objeto de mofa todo el día, todo el mundo se burlaba de mí.

En consecuencia, mejorad vuestra conducta y vuestras acciones, y haced caso a lo que dice el Señor, vuestro Dios; solo así se arrepentirá del mal que había anunciado contra vosotros.

Si os instaláis en esta tierra, os construiré y no os destruiré, os plantaré y no os arrancaré, pues me arrepiento del daño que os he hecho.

Se arrepintió de ello el Señor y dijo: «Eso no sucederá» —aseguró el Señor.

Se arrepintió de ello el Señor y dijo: «Tampoco eso sucederá» —aseguró el Señor Dios.

Pero Jonás, queriendo eludir el mandato del Señor, decidió huir a Tarsis. Así que bajó hasta Jope, donde encontró un barco que zarpaba para Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó en él rumbo a Tarsis, para alejarse del Señor.

Al ver Dios la actuación de los ninivitas y cómo se habían arrepentido de su mala conducta, se retractó del castigo que les había anunciado y no lo llevó a cabo.

¡Tal vez Dios se arrepienta, se calme el furor de su ira y no perezcamos!».

¿Qué Dios perdona el pecado y pasa por alto, como haces tú, las culpas al resto de su heredad? No mantendrá por siempre su ira, pues se complace en el amor.

Pero el maestro de la ley, para justificar su pregunta, insistió: —¿Y quién es mi prójimo?

porque el Señor tu Dios es un Dios misericordioso, que no te abandonará ni te aniquilará ni se olvidará de la alianza que con juramento hizo a tus antepasados.




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