Al oírlo, aquellos hombres fueron presa de un gran temor y, habiendo comprendido por la confesión de Jonás que este iba huyendo del Señor, le preguntaron: —¿Qué es lo que has hecho?
Joab replicó al rey: —Que el Señor, tu Dios, multiplique por cien la población y que el rey, mi señor, pueda verlo con sus propios ojos. Pero ¿por qué quiere el rey hacer tal cosa?
Pero Jonás, queriendo eludir el mandato del Señor, decidió huir a Tarsis. Así que bajó hasta Jope, donde encontró un barco que zarpaba para Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó en él rumbo a Tarsis, para alejarse del Señor.
Dijo entonces Josué: —¿Por qué nos has acarreado la desgracia? Que el Señor descargue sobre ti esa misma desgracia en este día. Así que los israelitas lo apedrearon, y después de apedreados, los quemaron en la hoguera