Subirán alborozados a Sion, acudirán a recibir los dones del Señor: el grano, el mosto y el aceite, las crías del rebaño y la vacada; quedarán saciados como un huerto regado, ya no volverán a desfallecer.
No permitiré que se vuelvan a oír los ultrajes que te dirigen las naciones ni que tengas que soportar los insultos de los pueblos; tampoco tu nación se quedará sin hijos —oráculo del Señor Dios.
Multiplicaré los frutos de los árboles y la cosecha del campo, para que no tengáis que soportar de nuevo entre las naciones el oprobio que supone pasar hambre.
Le pediré cuentas por los días dedicados a los baales, a los que quemaba incienso. Luego se adornaba de sortijas y collares, corría detrás de sus amantes y se olvidaba de mí —oráculo del Señor.
Ahora sembraré todo de paz: la vid dará su fruto, los cielos dejarán caer su rocío y la tierra producirá su cosecha; todo esto daré en posesión al resto de este pueblo.
yo haré llegar la lluvia a vuestra tierra cuando sea necesaria, en el otoño y en la primavera, para que puedas cosechar tu trigo, tu mosto y tu aceite;
Cuando Noemí se enteró de que el Señor había bendecido a su pueblo, proporcionándole pan, se dispuso a regresar con sus nueras desde las tierras de Moab.