Incluso las bestias salvajes braman dirigiéndose a ti, porque se han secado los arroyos y el fuego ha consumido los matorrales de la estepa.
Al cabo de un tiempo, el arroyo se secó, porque no había llovido en el país.
Ajab dijo a Abdías: —Vamos a recorrer todas las fuentes y arroyos del país, a ver si encontramos pasto y mantenemos vivos a caballos y mulos sin tener que sacrificar animales.
¿Quién da de comer al cuervo cuando sus crías graznan a Dios y aletean nerviosas por el hambre?
rugen los leones ante la presa y piden a Dios su alimento.
Todos te miran con esperanza y tú les das la comida a su tiempo.
que da su sustento al ganado, a las crías de cuervo que claman.
La tierra está extenuada, pues no hay lluvia en el país; los labradores están decepcionados, van con la cabeza cubierta.
Desde siempre, los profetas que nos precedieron a ti y a mí profetizaron a numerosos países y grandes reinos, anunciando guerras, desastres y peste.
¡Cómo muge el ganado! Deambula vacilante la vacada porque no encuentra pastos; también las ovejas desfallecen.