En aquel tiempo aparecerá Miguel, el gran Príncipe protector de tu pueblo. Habrá un tiempo de angustia como no la ha habido desde que existen las naciones. Pero en ese tiempo será salvado tu pueblo, todos los que tengan el nombre escrito en el libro.
Escuchad, israelitas, la palabra del Señor, porque el Señor está en pleito con los habitantes del país, pues no hay fidelidad ni amor ni conocimiento de Dios en el país.
Escuchad esto, sacerdotes; atención, casa de Israel; presta oído, casa real. Contra vosotros es el juicio pues habéis sido trampa en Mispá y una red tendida en el Tabor.
Promulgad un ayuno, convocad una asamblea, reunid a los ancianos y a todos los que habitan el país en el Templo del Señor, vuestro Dios, y clamad al Señor.
día de oscuridad y de tinieblas, de nubarrones y densa niebla. Como el amanecer sobre los montes, así avanza un pueblo fuerte y numeroso; nunca antes hubo otro como él, ni volverá a existir después por muchas generaciones que pasen.
Escuchad esto, vacas de Basán que [moráis] en la montaña de Samaría, vosotras que oprimís a los pobres, maltratáis a los necesitados y decís a vuestros maridos: «Traednos algo de beber».
Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.