Pero es el día de Dios, Señor del universo, día de venganza, contra sus enemigos. La espada devora hasta hartarse, hasta quedar ahíta de su sangre; pues celebra un banquete Dios, Señor del universo, en tierras del norte, junto al Éufrates.
El Señor alza la voz al frente de su ejército; son innumerables sus tropas y fuerte el que ejecuta su palabra. El día del Señor es grandioso y temible: ¿quién podrá resistirlo?
Mas ahora se acerca el día del Señor, amenazante contra todas las naciones. Conforme a lo que hiciste se hará contigo; tus acciones recibirán su merecido.