¿Hasta cuándo guardará luto la tierra y permanecerá agostada la hierba del campo? Por la maldad de los que habitan en él, desaparecen aves y animales. Porque llegaron a decir: «El Señor no verá nuestro futuro».
Se acabaron la alegría y el gozo en los huertos del país de Moab; agoté el vino de tus cubas, ya no habrá quien pise en el lagar cantando copla tras copla.
Está reseco el viñedo y marchita la higuera, así como el granado, el manzano y la palmera: se han secado por completo todos los árboles del campo. Incluso entre la gente ha desaparecido la alegría.
Aunque no eche brotes la higuera, ni den las vides ningún fruto; aunque nada se espere del olivo, ni los labrantíos den para comer; aunque no haya ovejas en el aprisco, ni queden vacas en los establos;
Yo decreté la sequía sobre la tierra y sobre los montes, sobre la cosecha de cereales, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todos los frutos del campo, sobre las bestias, sobre toda obra humana.
Mirad, he decidido apartaros del sacerdocio y echaros a la cara los excrementos de vuestras celebraciones religiosas, con los que también vosotros seréis barridos.