¿Y no los castigaré por estas cosas? —oráculo del Señor—. De un pueblo que así se comporta, ¿no he de vengarme en persona?
Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab se lo llevó aparte, junto a la puerta de la ciudad, como para hablar con él en privado, y allí mismo lo hirió en el vientre y lo mató para vengar a su hermano Asael.
Se mienten unos a otros, conversan con lengua aduladora y corazón doble.
Que el Señor extirpe la palabra aduladora, la lengua que habla con arrogancia;
¿Qué te darán, con qué te pagarán, lengua embustera?
No me arrojes con los malvados ni con los que hacen el mal: hablan de paz con sus amigos, pero en su corazón hay violencia.
No son de paz sus palabras, y contra la gente tranquila maquinan calumnias.
son dulces las lisonjas de su boca, pero en su corazón hay violencia; sus palabras, más suaves que el aceite, no son más que afiladas espadas.
Estoy tendido entre leones que devoran a seres humanos; sus dientes son lanzas y flechas, es su lengua una espada afilada.
Solo Dios es mi descanso, de él viene mi esperanza.
su lengua se vuelve contra ellos, cuantos los ven agitan la cabeza.
Maza, espada y flecha aguda, quien da falso testimonio contra el prójimo.
pues mi pueblo está lleno de canallas que espían como pajarero al acecho: tienden trampas y atrapan personas.
¿Y no castigaré estas cosas? —Oráculo del Señor. De un pueblo que así se comporta, ¿no he de vengarme en persona?
Hasta del amigo hay que guardarse, ni siquiera en el hermano se puede confiar, pues los hermanos son suplantadores y los amigos buscan calumniaros;
cada cual estafa a su prójimo y ninguno dice la verdad; enseñan a sus lenguas a mentir, están pervertidos sin remedio:
opresión y más opresión, engaño y más engaño. Y es que no quieren conocerme —oráculo del Señor—.
Los ricos están llenos de violencia, miente la población [de la ciudad], su boca solo pronuncia mentiras.