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Referencias Cruzadas

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Jeremías 7:6

La Palabra (versión española)

si no oprimís al huérfano y a la viuda; si no derramáis sangre inocente en este lugar; si no vais tras dioses extraños para vuestra desgracia,

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37 Referencias Cruzadas  

Quemó a su hijo en sacrificio, practicó el espiritismo y la brujería, instituyó nigromantes y adivinos y ofendió tanto al Señor, que provocó su indignación.

y por la sangre inocente que derramó hasta inundar Jerusalén. Por ello, el Señor no quiso perdonar.

vertieron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas, que inmolaron a los ídolos de Canaán, profanando con sangre el país.

No desplaces viejas lindes, ni invadas el campo del huérfano,

Sus pies caminan deprisa hacia el mal, se apresuran a derramar sangre inocente; sus proyectos son proyectos inicuos, en sus sendas abundan azote y destrucción.

Este pueblo canalla que se niega a escuchar mis palabras, que sigue la maldad de su mente retorcida, que va tras dioses extraños dándoles culto y adorándolos, acabará como este cinturón que no sirve para nada.

Porque me abandonaron, desnaturalizaron este lugar y ofrecieron incienso en él a dioses extranjeros, que ni ellos ni sus antepasados conocían, y los reyes de Judá llenaron este lugar de sangre inocente.

En vano castigué a vuestros hijos, pues no han aprendido la lección. Vuestra espada devoró a los profetas, lo mismo que un león depredador.

Pues también en tus manos hay sangre de gente inocente y desvalida que no habías sorprendido cometiendo un acto delictivo. Y, encima de todo esto,

Pero habéis de saber que, si me matáis, os haréis responsables de una muerte inocente vosotros, esta ciudad y cuantos la habitan, pues es cierto que el Señor me ha enviado a transmitiros todo lo que he dicho.

Capturaron a Urías en Egipto y se lo trajeron al rey Joaquín, que lo mandó ajusticiar a espada, y arrojaron su cadáver a la sepultura común.

Os envié una y otra vez a mis siervos los profetas con este mensaje: «Que cada cual abandone su mala conducta y mejore sus acciones, y no vayáis tras dioses extranjeros para darles culto, de ese modo habitaréis la tierra que os di a vosotros y a vuestros antepasados». Pero no prestasteis atención ni me hicisteis caso.

engordan y se ponen lustrosos. También rebosan de maledicencia, no juzgan conforme a justicia, no atienden la causa del huérfano ni defienden el derecho de los pobres.

Si mejoráis vuestra conducta y vuestras acciones; si actuáis con justicia entre unos y otros;

Robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, ofrecéis incienso a Baal, vais tras dioses extraños que no conocíais,

Por pecados de profetas y culpas de sacerdotes se derramó en su interior sangre de gente inocente.

si no participa en los banquetes sacrificiales de los montes ni pone sus ojos en los ídolos de Israel, si no deshonra a la mujer de su prójimo ni tiene relaciones con una mujer durante la menstruación,

en ti son despreciados padres y madres; en ti es oprimido el forastero; en ti son vejados huérfanos y viudas.

Cuando un extranjero resida en vuestra tierra con vosotros, no lo oprimáis;

Y que ninguno engañe a su prójimo; antes bien, respetad a vuestro Dios. Yo soy el Señor, vuestro Dios.

Así dice ahora el Señor del universo: Voy a entablar juicio contra vosotros y a testificar diligentemente contra los hechiceros, adúlteros o perjuros, contra los que defraudan al jornalero en su salario, contra los que oprimen a la viuda y al huérfano, o sojuzgan al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.

Y todo el pueblo a una respondió: —¡De su muerte nos hacemos responsables nosotros y nuestros hijos!

diciendo: —¡He pecado entregando a un inocente! Ellos le contestaron: —Eso es asunto tuyo y no nuestro.

la maldición, si desobedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios y os apartáis del camino que hoy os marco, para ir tras dioses extranjeros que no habéis conocido.

No le niegues sus derechos al inmigrante o al huérfano, ni tomes en prenda las ropas de la viuda.

¡Maldito sea quien quebrante los derechos del inmigrante, del huérfano o de la viuda! Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

Pero si llegas a olvidarte del Señor tu Dios y sigues a otros dioses, rindiéndoles culto y adorándolos, ten por seguro, desde ahora, que pereceréis irremisiblemente.

Esta es la religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre: asistir a los débiles y desvalidos en sus dificultades y mantenerse incontaminado del mundo.




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