Jeremías 7:16

La Palabra (versión española)

En cuanto a ti, no intercedas por este pueblo, ni eleves por ellos gritos ni súplicas; no insistas ante mí, pues no pienso escucharte.

Referencias Cruzadas

2 Samuel 8:18

Banaías, hijo de Joyadá, era el jefe de los quereteos y peleteos y los hijos de David eran sacerdotes.

Éxodo 32:10

Déjame, pues, que descargue mi ira contra ellos y los aniquile. Y tú serás el que dé origen a una gran nación.

Isaías 1:15

Cuando tendéis las manos suplicantes, aparto mi vista de vosotros; por más que aumentéis las oraciones, no pienso darles oído; vuestras manos están llenas de sangre.

Jeremías 11:14

En cuanto a ti, no intercedas por este pueblo, ni eleves por ellos gritos ni súplicas, pues no pienso escucharlos cuando me invoquen en el momento de la desgracia.

Jeremías 15:1

Me dijo el Señor: —Aunque se presentaran ante mí Moisés y Samuel, no me sentiría bien dispuesto hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que salgan.

Jeremías 15:6

Fuiste tú quien me rechazaste —oráculo del Señor—, tú quien me diste la espalda; por eso alargué mi mano para aniquilarte, cansado ya de compadecerte.

Jeremías 18:20

¿Se paga el bien con el mal? ¡Pues me han cavado una fosa! Recuerda que estuve ante ti pidiendo clemencia para ellos, apartando de ellos tu cólera.

Jeremías 4:28

Por ello el país hará duelo, arriba el cielo se oscurecerá. Lo dije y no me arrepiento, lo he pensado y no me desdigo.

Jeremías 7:17

¿No ves lo que están haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

Miqueas 3:4

cuando griten al Señor, no tendrán respuesta alguna. El Señor les ocultará su rostro a causa de sus malas acciones.

Deuteronomio 9:14

déjame que los aniquile hasta que nadie los recuerde nunca más. Después haré que tú des origen a una nación más numerosa y fuerte que la de ellos.

1 Juan 5:16

Hay hermanos que cometen pecados que no llevan a la muerte. Debemos orar por ellos para que Dios les dé la vida. Pero solo si se trata de pecados que no llevan a la muerte. En cambio, no mando rogar por quien comete el pecado que lleva a la muerte.