Jeremías 51:8

La Palabra (versión española)

Y Babilonia cayó de repente y se rompió: ¡llorad por ella! Traed bálsamo para sus heridas, tal vez la podamos curar.

Referencias Cruzadas

Isaías 21:9

Mirad, ahí vienen hombres cabalgando, un par de jinetes». Alguien dijo entonces: «Cayó, cayó Babilonia, todas las estatuas de sus dioses yacen por tierra hechas añicos».

Isaías 47:11

mas te llega una desgracia que no sabrás conjurar; te caerá encima un desastre que no podrás evitar; te vendrá de forma inesperada una catástrofe imprevista.

Isaías 47:9

Pero ambas cosas vendrán, de repente, en un solo día: acabarás sin hijos y viuda; todo eso te sobrevendrá, por mucho que multipliques tus hechizos, a pesar de tus poderosas brujerías.

Jeremías 46:11

Sube a Galaad por bálsamo, doncella, capital de Egipto: es inútil que amontones remedios, pues tu herida no tiene cura.

Jeremías 48:20

¡Moab humillada y destruida! Lanzad gritos y alaridos, haced saber por el Arnón que Moab ha sido devastada.

Jeremías 48:31

Por eso, clamaré por Moab, por Moab entera gritaré, por la gente de Quir Jeres gemiré.

Jeremías 50:2

Contadlo entre las naciones, alzad la bandera, anunciadlo; no os calléis, comunicadlo: «Babilonia ha sido conquistada, Bel ha sido humillado, Marduc está confundido, sus imágenes humilladas y confundidos sus ídolos».

Jeremías 51:41

¡Cómo ha sido conquistada Babilonia, capturada la admiración de toda la tierra! ¡Cómo ha sido reducida a espanto en medio de las naciones!

Jeremías 8:22

¿Ya no hay bálsamo en Galaad? ¿No quedan médicos allí? ¿Por qué, pues, sigue abierta la herida de la capital de mi pueblo?

Ezequiel 30:2

—Hijo de hombre, profetiza y di: Esto dice el Señor Dios: Gritad: ¡Ay aquel día!,

Daniel 5:24

Por eso ha enviado la mano que ha dejado esa inscripción.

Nahúm 3:19

No hay alivio para tu desastre, tu herida es incurable. Todos los que oyen la noticia, aplauden tu desgracia, porque ¿quién no sufrió una y mil veces tu crueldad?

Apocalipsis 14:8

Un segundo ángel lo seguía, proclamando: —¡Por fin cayó la orgullosa Babilonia, la que emborrachó al mundo entero con el vino de su desenfrenada lujuria!

Apocalipsis 18:2

y proclamó con fuerte voz: —¡Por fin cayó Babilonia, la poderosa! Hoy es mansión de demonios, guarida de espíritus impuros y de toda clase de aves inmundas y asquerosas.