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Referencias Cruzadas

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Jeremías 51:7

La Palabra (versión española)

Babilonia era una copa de oro, manejada por la mano del Señor, que emborrachaba a toda la tierra; las naciones bebían de su vino y así quedaban aturdidas.

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16 Referencias Cruzadas  

entonarás esta sátira contra el rey de Babilonia: ¡Cómo ha acabado el tirano! ¡Cómo ha terminado su arrogancia!

Tú insistirás: —Así dice el Señor: Voy a poner borrachos perdidos a todos los habitantes de esta tierra, a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén.

mandaré a buscar a todas las tribus del norte —oráculo del Señor— y a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y los traeré contra esta tierra y sus habitantes, y contra todos los pueblos de alrededor a los que consagraré al exterminio y convertiré en objeto de horror y burla, y en desolación perpetua.

¡Espada contra sus canales que acabarán secos! Pues es una tierra de ídolos y se vuelven locos por ellos.

Ella disfrutaba con el ruido causado por una multitud de hombres despreocupados, llegados del desierto, que ponían brazaletes en las muñecas de ellas y hermosas coronas en sus cabezas.

La cabeza de la estatua era de oro puro, su pecho y brazos de plata, y su vientre y sus caderas de bronce;

Él ha puesto en tus manos a los seres humanos, las bestias del campo y las aves del cielo, allí donde habiten, y te ha dado dominio sobre todo ello. Eso quiere decir que tú eres la cabeza de oro.

Un segundo ángel lo seguía, proclamando: —¡Por fin cayó la orgullosa Babilonia, la que emborrachó al mundo entero con el vino de su desenfrenada lujuria!

y con la que adulteraron los poderosos de la tierra, mientras sus habitantes se emborrachaban con el vino de su lujuria.

La mujer iba vestida de púrpura y grana, resplandeciente de oro, piedras preciosas y perlas. En su mano sostenía una copa de oro rebosante de acciones abominables, como sucio fruto de su lujuria.

La luz de la lámpara no alumbrará más en ti, ni volverán a oírse en tus calles los cantos del novio y de la novia. Y es que tus traficantes llegaron a ser los grandes de la tierra y con tus sortilegios engañaste a todas las naciones.

Porque ella emborrachó con el vino de su desenfrenada lujuria a gentes de toda procedencia; adulteró con los reyes de la tierra, y a costa de su lujo desmedido se enriquecieron los traficantes del mundo.

que juzga con justicia y con verdad. Él ha condenado a la gran prostituta, la que con su lujuria corrompía la tierra. Ha vengado así en ella la sangre de sus servidores.




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