¡Ataca al país de Meratáin, lanza un ataque contra él y también contra los habitantes de Pecod! ¡Aniquila, extermina a su gente, haz lo que te he ordenado!
Habla: Así dice el Señor: Quedarán tendidos los cadáveres como estiércol por todo el campo, como espigas que deja el segador y nadie se molesta en recoger.