si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y se arrepiente de su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y devolveré la salud a su tierra.
No he hablado a escondidas, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a los hijos de Jacob que me buscaran en el vacío. Yo soy el Señor, y digo la verdad; anuncio las cosas que son justas.
Ismael, hijo de Netanías, salió de Mispá a su encuentro; caminaba llorando. Al llegar donde ellos, les dijo: —Venid a encontraros con Godolías, hijo de Ajicán.
Por tu parte, recordarás tu conducta y te avergonzarás cuando yo tome a tus hermanas, mayores y menores, y te las dé como hijas, aunque no como partícipes de tu alianza.
Por eso, así dice el Señor Dios: Ahora cambiaré la suerte de Jacob, me compadeceré de toda la comunidad de Israel y defenderé con pasión mi santo nombre.
derramaré, en cambio, sobre la dinastía de David y los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración. Dirigirán sus miradas hacia mí, a quien traspasaron, harán duelo como se hace por un hijo único y llorarán amargamente como se llora a un primogénito.