Jeremías 5:3

La Palabra (versión española)

siendo así, Señor, que tus ojos buscan la verdad? Los golpeaste y no les afectó, los destrozaste y no se corrigieron; endurecían su cara como la piedra, no quisieron convertirse a ti.

Referencias Cruzadas

Génesis 19:34

A la mañana siguiente, la mayor dijo a la menor: —Yo ya me acosté anoche con mi padre. Esta noche volvemos a emborracharlo y te acuestas tú con él; así las dos tendremos hijos de nuestro padre.

1 Reyes 13:33

Después de todo esto, Jeroboán no abandonó su mala conducta; al contrario, volvió a nombrar sacerdotes de los santuarios a gente del pueblo. A todo el que lo deseaba, lo consagraba sacerdote de los santuarios.

2 Reyes 1:13

Por tercera vez el rey le envió a otro capitán con cincuenta hombres. Subió y cuando llegó, se arrodilló ante Elías y le suplicó: —Hombre de Dios, respeta mi vida y la de estos cincuenta servidores tuyos.

2 Crónicas 16:9

El Señor recorre toda la tierra con su mirada para fortalecer a los que le son plenamente fieles. Pero tú, en esta ocasión, has perdido la cabeza. Por eso, a partir de ahora tendrás guerras.

2 Crónicas 28:22

Incluso en los momentos del asedio el rey Ajaz aumentó su infidelidad al Señor,

Salmos 51:6

Tú amas la verdad en lo más íntimo, la sabiduría me muestras en lo oculto.

Salmos 51:8

Déjame sentir la alegría y el regocijo; que se gocen los huesos que dañaste.

Salmos 55:20

Atacan a sus amigos y quebrantan su alianza;

Proverbios 21:29

El malvado se porta con descaro, el honrado actúa con seguridad.

Proverbios 22:12

El Señor vela por el sabio y confunde las palabras del pérfido.

Proverbios 23:35

y te dirás: «Me han pegado y no me duele; me han golpeado y no lo siento; en cuanto despierte pediré más vino».

Proverbios 27:22

Aunque machaques al necio en un mortero, no le quitarás su necedad.

Isaías 26:11

Señor, tu mano está alzada, pero no se fijan en ella. Que vean avergonzados tu celo por el pueblo, que un fuego devore a tus adversarios.

Isaías 42:25

así que derramó sobre Israel su cólera, la violencia de la guerra; lo incendiaba y no comprendía, lo quemaba y no hacía caso.

Isaías 48:4

Ya sé que eres obstinado, que tienes cerviz de hierro, que tu frente es como el bronce;

Isaías 9:13

El Señor cortó cabeza y cola, palmas y juncos en un solo día.

Jeremías 15:7

Los aventé con el bieldo por las ciudades del país; dejé a mi pueblo sin hijos, lo destruí por completo, pero no cambiaron de conducta.

Jeremías 17:23

aunque no escucharon ni prestaron atención. Se hicieron más tercos, hasta el punto de no escuchar ni aprender la lección.

Jeremías 19:15

—Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Voy a traer sobre esta ciudad y todas sus aldeas todas las desgracias que he anunciado, pues se han vuelto más tercos y no quieren escuchar mis palabras.

Jeremías 2:30

En vano castigué a vuestros hijos, pues no han aprendido la lección. Vuestra espada devoró a los profetas, lo mismo que un león depredador.

Jeremías 3:3

Fallaron los chaparrones y las lluvias no llegaron, mas tú, ramera descarada, te resistías a humillarte.

Jeremías 32:19

Tus proyectos son soberbios, magníficas tus acciones; tus ojos advierten la conducta humana y pagas a cada uno conforme a sus obras, según merecen sus acciones.

Jeremías 35:13

—Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Di a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén: ¿Nunca vais a aprender la lección y a hacer caso a mis palabras? —oráculo del Señor—.

Jeremías 44:10

Hasta el presente no os habéis arrepentido, no me habéis respetado ni habéis vivido conforme a mi ley y a mis preceptos que os di a vosotros y a vuestros antepasados.

Jeremías 7:26

Pero no me escucharon ni prestaron atención; se hicieron más tercos y se portaron peor que sus antepasados.

Jeremías 7:28

Dirás en su presencia: «Esta es la nación que no obedeció al Señor su Dios, que no aprendió la lección; la sinceridad ha desaparecido, ha sido extirpada de su boca».

Jeremías 8:5

¿Por qué, pues, se ha extraviado este pueblo, y Jerusalén es una apóstata recalcitrante? Se aferran al engaño, se niegan a volver.

Ezequiel 2:4

Te envío a gente obstinada y dura de mollera. Les dirás: «Esto dice el Señor Dios»,

Ezequiel 24:13

He intentado purificarte de tu impureza y tú no te has dejado; pues bien, no quedarás limpia hasta que descargue mi cólera en ti.

Daniel 9:13

Nos ha alcanzado esta calamidad conforme a lo escrito en la ley de Moisés, pues no hemos aplacado al Señor, nuestro Dios, abandonando nuestras iniquidades y reconociendo tu fidelidad.

Levítico 26:23

Y si tampoco estas cosas consiguen que os enmendéis, sino que seguís enfrentados conmigo,

Amós 4:10

Desencadené sobre vosotros una peste como la que desencadené sobre Egipto; pasé a filo de espada a vuestros jóvenes; me llevé como botín vuestros caballos y el hedor de los cadáveres inundó vuestros campamentos; pero seguís sin convertiros a mí, —oráculo del Señor.

Amós 4:11

Os destruí como a Sodoma y Gomorra, y quedasteis como tizón arrancado del fuego; pero seguís sin convertiros a mí, —oráculo del Señor.

Amós 4:6

Yo os he hecho pasar hambre en todas vuestras ciudades, he condenado a la carestía a todas vuestras poblaciones; pero seguís sin convertiros a mí, —oráculo del Señor.

Amós 4:8

Ibais de ciudad en ciudad buscando agua sin que lograseis apagar la sed; pero seguís sin convertiros a mí, —oráculo del Señor.

Amós 4:9

Os golpeé con tizón y con añublo, agosté vuestros huertos y viñedos; devoró la langosta higueras y olivares; pero seguís sin convertiros a mí, —oráculo del Señor.

Sofonías 3:7

Yo me decía: «Me respetarás, admitirás la corrección y no volveré a destruir tu morada cuando venga a tomar cuentas». Pero ellos se han apresurado a obrar perversamente.

Romanos 2:2

Es sabido que el juicio de Dios cae con rigor sobre quienes así se comportan.

Hebreos 12:9

Además, si en la tierra hemos tenido unos padres que nos han corregido y, sin embargo, los hemos respetado, ¿no deberemos, con mucha más razón, someternos al Padre sobrenatural si queremos tener vida?