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Referencias Cruzadas

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Jeremías 5:10

La Palabra (versión española)

Pasad por las hileras de la viña, destruid, pero no aniquiléis; arrancad todos sus sarmientos, porque ya no son del Señor.

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24 Referencias Cruzadas  

Conquistó las plazas fuertes de Judá y llegó a Jerusalén.

Entonces envió contra ellos al rey de los caldeos que mató a filo de espada a sus jóvenes en su santuario, sin tener compasión de jóvenes o doncellas, de mayores o ancianos; a todos los entregó en sus manos.

¡Y pensar que yo te planté vid selecta, de cepa noble! ¿Cómo te me has hecho extraña, degenerando en viña bastarda?

mandaré a buscar a todas las tribus del norte —oráculo del Señor— y a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y los traeré contra esta tierra y sus habitantes, y contra todos los pueblos de alrededor a los que consagraré al exterminio y convertiré en objeto de horror y burla, y en desolación perpetua.

pues estoy contigo para salvarte —oráculo del Señor—. Acabaré con todas las naciones por donde os había dispersado; pero contigo no acabaré, solo te corregiré como conviene para que no quede impune tu pecado.

Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las viviendas de la ciudad, y derribaron las murallas de Jerusalén.

Pues así ha dicho el Señor: Devastado quedará el país, pero no provocaré su fin.

Tú no temas, siervo mío, Jacob —oráculo del Señor—, que yo estoy contigo. Exterminaré a todas las naciones por cuyas tierras te dispersé; no voy a acabar contigo, pero en justicia debo castigarte, no puedo dejarte impune.

Pues tanto Israel como Judá me han traicionado sin pudor —oráculo del Señor.

Pero tampoco en aquellos días acabaré con vosotros —oráculo del Señor.

¿Y no castigaré estas cosas? —Oráculo del Señor. De un pueblo que así se comporta, ¿no he de vengarme en persona?

Pero dejaré a algunos de ellos, que escaparán a la espada, al hambre y a la peste; de ese modo podrán contar en las naciones adonde vayan las abominaciones que habéis cometido, y así reconocerán que yo soy el Señor.

O imaginemos que envío la espada contra ese país ordenando que extermine a personas y animales;

El Señor dijo: —Ponle por nombre Lo-Ammí —No-Mi Pueblo— porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo existo para vosotros.

Tengo clavados mis ojos —[dice] el Señor Dios— sobre este reino pecador: lo borraré de la faz de la tierra, aunque no destruiré totalmente la descendencia de Jacob, —oráculo del Señor—.

El rey entonces, montando en cólera, mandó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su ciudad.




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