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Referencias Cruzadas

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Jeremías 48:7

La Palabra (versión española)

Por haber confiado en tus obras y tesoros, serás conquistada. Quemós saldrá hacia el destierro, con él sus sacerdotes y dignatarios.

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22 Referencias Cruzadas  

Los filisteos abandonaron allí a sus dioses y David y sus hombres los recogieron.

Lo haré así porque me ha abandonado para adorar a Astarté, diosa fenicia, a Quemós, dios moabita, y a Milcón, dios de los amonitas; y no ha seguido mis caminos, ni ha practicado lo que me agrada, mis mandatos y decretos, lo que sí hizo su padre David.

Entonces construyó en el monte que hay frente a Jerusalén un santuario a Quemós, abominable ídolo de Moab, y otro a Milcón, abominable ídolo de los amonitas.

Feliz quien ha puesto en el Señor su confianza y no sigue a los idólatras perdidos en la mentira.

«Mira, esta es la persona que no hizo de Dios su fortaleza, que confió en su inmensa riqueza, que se refugió en su maldad».

Esta es tu suerte, la paga medida que te tengo asignada —oráculo del Señor—, por haberte olvidado de mí y haber confiado en la mentira.

Yo prenderé fuego a los templos de los dioses de Egipto y él los incendiará y se llevará cautivos a sus dioses. Se cubrirá [el Señor] en el país de Egipto como un pastor se arropa con su manta y saldrá de allí sin obstáculos.

Entonces Moab se avergonzará de Quemós, como se avergonzó la casa de Israel de Betel, en quien confiaba.

¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Quemós! Van tus hijos cautivos al destierro, tus hijas caminan deportadas.

Gime, Jesbón, pues Ay ha sido devastada; gritad, ciudades del distrito de Rabat; ceñíos de sayal, haced duelo de arriba abajo entre las cercas, pues Milcón saldrá para el destierro, y con él sus sacerdotes y dignatarios.

¿De qué te glorías, ciudad rebelde? ¿Acaso de tus fértiles valles? ¿Confías acaso en tus tesoros? Tú decías: «¿Quién me va a atacar?».

El que alardee, alardee de esto: de tener entendimiento y conocerme, de saber que yo soy el Señor, que pongo en práctica la fidelidad, la justicia y el derecho en el país. Estas son las cosas que me agradan —oráculo del Señor.

Pero como sembrasteis maldad, cosechasteis iniquidad y comisteis el fruto de la mentira. Porque confiaste en tu poder, en la multitud de tus guerreros,

¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Quemós! Tus hijos se dieron a la fuga, tus hijas siguen cautivas de Sejón, el rey amorreo.

Inculca a los ricos de este mundo que no sean arrogantes y que no pongan su esperanza en algo tan inseguro como el dinero, sino que la pongan en Dios, que nos concede disfrutar de todo en abundancia.

Cuanto se procuró de lujos y placeres, dadle de tormentos y desdichas. Ved cómo alardea en su interior: «Ocupo un trono de reina; no soy viuda y jamás conoceré el dolor».

¿No posees todo lo que tu dios Quemós quitó a sus propietarios para dártelo a ti? Igualmente nosotros poseemos todo lo que el Señor nuestro Dios quitó a sus propietarios para dárnoslo a nosotros.




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