Conozco su genio violento —oráculo del Señor—, sus palabras tan poco de fiar, sus acciones tan poco honradas.
¡Espada contra sus charlatanes que acabarán desatinando! ¡Espada contra sus guerreros que acabarán aterrados!
Nos enteramos del orgullo de Moab, de su soberbia fuera de límite, de su orgullo, soberbia y altivez, de su inútil palabrería.
No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo que pueda enfrentarse al Señor.
El Señor frustra los planes de las naciones, hace fracasar los proyectos de los pueblos;
No vendrá del este ni del oeste, ni del desierto ni de las montañas;