Su capitán Pecaj, hijo de Remalías, conspiró contra él, acompañado de cincuenta hombres de Galaad. Lo atacó en Samaría, en la torre del palacio real, con Argob y Arié, matándolo y suplantándolo como rey.
Pero tú has sido tirado y privado de tu tumba, igual que un feto asqueroso; estás cubierto de muertos, de traspasados a espada, como un cadáver pisoteado.
Sus pies caminan deprisa hacia el mal, se apresuran a derramar sangre inocente; sus proyectos son proyectos inicuos, en sus sendas abundan azote y destrucción.