Jeremías 4:7

La Palabra (versión española)

Sube un león de la espesura, se apresta un destructor de pueblos; ya está saliendo de su escondrijo para hacer de tu tierra un erial; tus ciudades serán incendiadas, todas quedarán deshabitadas.

Referencias Cruzadas

2 Reyes 24:1

Durante su reinado, Nabucodonosor, el rey de Babilonia, hizo una expedición, y Joaquín le quedó sometido por tres años; pero después se rebeló contra él.

2 Reyes 25:1

El año noveno del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, el rey de Babilonia, llegó a Jerusalén con todo su ejército. Acampó junto a ella y mandó construir torres de asalto alrededor.

Isaías 1:7

Vuestra tierra devastada, vuestros pueblos calcinados; veis como de vuestros campos se aprovechan extranjeros. Desolación y desastre como en Sodoma.

Isaías 5:9

Por eso ha jurado el Señor del universo que sus muchas casas quedarán desoladas (las grandes y lujosas), vacías de vecinos.

Isaías 6:11

Yo pregunté: «¿Hasta cuándo, Señor?». Me respondió: Hasta que queden desoladas y sin habitantes las ciudades, las casas sin personas, los campos devastados.

Jeremías 2:15

de leones que rugen en torno, que le lanzan gruñidos? Dejaron su tierra desolada, sus ciudades incendiadas, deshabitadas.

Jeremías 22:6

Pues esto dice el Señor sobre el palacio del rey de Judá: Eres para mí como Galaad, como la cumbre del Líbano, pero juro que te convertiré en desierto; serán las ciudades lugares desprovistos de habitantes.

Jeremías 22:7

Elegiré contra ti destructores: hombres provistos de armas, que talarán la flor de tus cedros para arrojarlos al fuego.

Jeremías 25:38

Abandona como un león su guarida, porque su tierra solo es desolación ante el incendio devastador, ante el incendio de su cólera.

Jeremías 25:9

mandaré a buscar a todas las tribus del norte —oráculo del Señor— y a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y los traeré contra esta tierra y sus habitantes, y contra todos los pueblos de alrededor a los que consagraré al exterminio y convertiré en objeto de horror y burla, y en desolación perpetua.

Jeremías 26:9

¿Por qué dices profetizar en nombre del Señor y afirmas que este Templo acabará como Siló y que esta ciudad quedará desolada y deshabitada? Toda la gente se amotinó contra Jeremías en el Templo del Señor.

Jeremías 27:8

Y si una nación o reino no se somete a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no pone su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, yo mismo castigaré a esa nación con la espada, el hambre y la peste —oráculo del Señor—, hasta que haya acabado con ellos por medio de él.

Jeremías 33:10

Así dice el Señor: En este lugar del que decís que está en ruinas, sin gente y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, desoladas, sin gente, sin habitantes y sin animales, podrán oírse de nuevo

Jeremías 34:22

Ahora voy a dar la orden —oráculo del Señor— de que regresen a esta ciudad para atacarla, conquistarla y prenderle fuego, y convertiré las ciudades de Judá en tierra desolada sin habitantes.

Jeremías 4:29

Griterío de jinetes y arqueros ponen en fuga a la ciudad: penetran en la maleza, suben por los desfiladeros. La ciudad ha sido abandonada, no han quedado habitantes en ella.

Jeremías 44:2

—Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Vosotros sois testigos de las desgracias que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá, que aún siguen arruinadas y deshabitadas,

Jeremías 46:18

¡Por mi vida —oráculo del Rey que se llama Señor del universo— que así tiene todo que suceder, tan real como el Tabor entre los montes, como el Carmelo cerca del mar!

Jeremías 49:19

Como león que sale de la espesura del Jordán en busca de frescas praderas, los sacaré de allí en un momento y haré que gobierne aquel a quien yo elija. ¿Quién se puede comparar a mí? ¿Quién puede citarme a juicio? ¿Qué pastor me puede plantar cara?

Jeremías 5:6

Por eso, un león de la selva los herirá, un lobo estepario los destrozará; una pantera acecha sus ciudades y desgarra a quien sale de ellas. Pues son numerosas sus rebeldías, han multiplicado sus traiciones.

Jeremías 50:17

Israel era oveja descarriada, siempre espantada por leones. Primero la devoró el rey de Asiria; después la despedazó Nabucodonosor, rey de Babilonia.

Jeremías 50:44

Como león que sale de la espesura del Jordán en busca de frescas praderas, los sacaré de ella en un momento y haré que gobierne aquel a quien yo elija. ¿Quién se puede comparar a mí? ¿Quién puede citarme a juicio? ¿Qué pastor me puede plantar cara?

Jeremías 8:16

Desde Dan se puede oír resoplar a sus caballos, relinchar a sus corceles: la tierra se estremece. Llegan devorando la tierra y cuanto contiene, las ciudades y todos sus habitantes.

Jeremías 9:11

¿Quién es el sabio que puede entender esto? Que lo diga el que haya sido confidente del Señor. ¿Por qué está deshecho el país, abrasado, como desierto intransitable?

Ezequiel 12:20

Las ciudades habitadas quedarán en ruinas, y la tierra será pura desolación; así reconoceréis que yo soy el Señor.

Ezequiel 21:31

esto dice el Señor Dios: ¡Quítate el turbante real, fuera esa corona! Las cosas no pueden seguir así; lo humillado será exaltado, y lo exaltado humillado.

Ezequiel 32:2

—Hijo de hombre, entona una elegía al faraón, rey de Egipto. Le dirás: ¡León de las naciones, estás acabado! Eras un cocodrilo acuático, chapoteabas en tus aguas, las enturbiabas con tus patas pateando su corriente.

Daniel 5:19

A causa de aquel poder que el Dios Altísimo le había concedido, la gente de todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban de miedo ante él. Ejecutaba o dejaba con vida a quien quería; a unos engrandecía y a otros humillaba.

Daniel 7:4

La primera parecía un león con alas de águila. Mientras la estaba contemplando, le arrancaron las alas, la levantaron en vilo, la pusieron derecha sobre sus patas, como si fuera un ser humano, y le concedieron entendimiento humano.

Levítico 26:31

Devastaré vuestras ciudades, asolaré vuestros santuarios y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.

Levítico 26:33

a vosotros os dispersaré entre las naciones, desenvainaré la espada detrás de vosotros, vuestra tierra quedará arrasada y vuestras ciudades desiertas.