¿Hasta cuándo guardará luto la tierra y permanecerá agostada la hierba del campo? Por la maldad de los que habitan en él, desaparecen aves y animales. Porque llegaron a decir: «El Señor no verá nuestro futuro».
Entonaré una endecha sobre los montes, sobre los pastos de la estepa una elegía: están quemados, sin nadie que transite, no se escuchan los mugidos del ganado, hasta aves y bestias se han marchado.
Mi presencia hará temblar a los peces del mar, a las aves del cielo, a las fieras del campo, a todos los animales que reptan y a todos los habitantes de la tierra. Los montes se derrumbarán, se desplomarán las rocas y las murallas caerán por tierra.