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Referencias Cruzadas

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Jeremías 38:9

La Palabra (versión española)

—Majestad, no está bien que esos hombres hayan maltratado al profeta Jeremías arrojándolo a la cisterna. Seguro que morirá de hambre, pues no queda pan en la ciudad.

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12 Referencias Cruzadas  

no he guardado silencio ni he dejado de salir a la calle por miedo a la opinión de los demás, por temor al desprecio de mi gente.

Haré que coman la carne de sus hijos y de sus hijas; se comerán unos a otros durante el angustioso asedio al que los someterán los enemigos que tratan de quitarles la vida».

El rey Sedecías ordenó que custodiaran a Jeremías en el patio de la guardia y que le dieran una hogaza diaria de pan, de la calle de los Panaderos, hasta que se acabase el pan en la ciudad. Jeremías se quedó, pues, en el patio de la guardia.

El rey dio esta orden a Ebedmélec, el cusita: —Toma tres hombres a tus órdenes y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes de que muera.

así que Ebedmélec salió del palacio y fue a entrevistarse con el monarca. Le dijo:

Pero a ti ese día te pondré a buen recaudo —oráculo del Señor— y no serás entregado en manos de las personas que temes;

El día nueve del cuarto mes, el hambre se hizo insoportable en la ciudad y la gente no tenía nada que comer.

Toda su gente se queja, anda en busca de alimento; cambian sus joyas por pan para mantenerse vivos. «Mira, Señor, y contempla en qué vileza he caído».

Me arrojaron vivo a un pozo, echándome encima piedras.




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