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Referencias Cruzadas

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Jeremías 32:9

La Palabra (versión española)

Así que compré el campo de Anatot a mi primo. El dinero que pesé ascendía a diecisiete siclos de plata.

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11 Referencias Cruzadas  

Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba unos seis gramos, y dos brazaletes de oro que pesaban algo más de cien gramos para las muñecas de la muchacha,

y cuando los mercaderes madianitas pasaron por allí, sacaron a José del aljibe y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte siclos de plata. Así fue como se llevaron a José a Egipto.

Cuando pasó el rey, el profeta le dijo a voces: —Cuando tu servidor estaba en el fragor de la batalla, un hombre se acercó y me entregó un prisionero, encargándome: «Vigila a este hombre y, como llegue a escapar, lo pagarás con tu vida o con un talento de plata».

Todo lo contrario de los gobernadores que me precedieron y que abrumaron al pueblo cobrándole más de cuarenta siclos cada día por el pan y el vino, además de que sus servidores tiranizaban al pueblo. Yo no actué de esa manera por respeto a Dios.

Por lo tanto, si al rey le parece bien, emita un decreto para exterminarlos, y yo contribuiré con diez mil talentos de plata a la hacienda real para realizar esta labor.

Si el toro acornea a un esclavo o a una esclava, el dueño del toro pagará treinta monedas de plata al amo del esclavo o de la esclava, y el animal morirá apedreado.

¿Por qué gastáis en lo que no es comida? ¿Por qué os fatigáis en lo que no sacia? Escuchadme atentos y comeréis bien, Saborearéis manjares deliciosos;

Comerás tu alimento tasado: veinte siclos por día; y lo comerás a una hora determinada.

La compré, en efecto, por quince siclos de plata y una medida y media de cebada.




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