Heredarás las rocas del torrente, ellas serán lo que te toque. Derramaste en su honor libaciones, por ellas ofreciste sacrificios, ¿y piensas que tendré compasión?
Les haré pagar el doble por su culpa y su pecado, por haber profanado mi tierra con la carroña de sus ídolos y haber llenado mi heredad con sus abominaciones.
los que dicen a un leño: «Tú eres mi padre», y a un trozo de piedra: «Tú me has parido». Me vuelven la espalda, sin mirarme; mas llega el desastre y me dicen: «Venga, sálvanos».
Alza tu mirada a las dunas, ¿dónde no has sido gozada? Los esperabas sentada en los caminos, igual que un beduino en el desierto, y así has profanado la tierra con tus infames fornicaciones.
Ellos dejaron al descubierto su desnudez y le quitaron a sus hijos e hijas, y a ella misma la mataron a espada. Y así se convirtió en escarmiento de las mujeres, pues se había hecho justicia con ella.
¡Ay del que dice a un leño: «Despierta», y a una piedra muda: «Ponte en pie»! ¿Podrá alguno de ellos hablar? Está recubierto de oro y plata, pero no alberga ningún aliento vital.
Pero yo os digo que todo aquel que se separa de su mujer, salvo en caso de inmoralidad sexual, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una mujer separada también comete adulterio.