Jeremías 3:5

La Palabra (versión española)

¿me guardarás rencor por siempre?, ¿me vas a vigilar eternamente?». Así hablabas, mientras hacías todas las maldades que podías.

Referencias Cruzadas

2 Crónicas 29:10

Ahora quiero sellar una alianza con el Señor, Dios de Israel, para que aparte de nosotros su cólera.

Salmos 85:5

¿Seguirás siempre enfadado? ¿Durará tu ira por generaciones?

Salmos 85:6

¿No volverás a darnos la vida para que tu pueblo en ti se goce?

Isaías 57:16

No estaré siempre con pleitos, no me irritaré de continuo, pues ante mí sucumbiría el espíritu, el hálito de vida que he creado.

Isaías 64:9

Tus santas ciudades son un desierto: Sion está desierta, Jerusalén desolada.

Jeremías 3:12

—Vete y proclama estas palabras en dirección al norte. Dirás: Vuelve, Israel, apóstata —oráculo del Señor—, que no os frunciré el ceño, porque yo soy bondadoso —oráculo del Señor— y no guardo rencor por siempre.

Jeremías 8:5

¿Por qué, pues, se ha extraviado este pueblo, y Jerusalén es una apóstata recalcitrante? Se aferran al engaño, se niegan a volver.

Jeremías 8:6

Presté atención y escuché: Sus palabras no eran de fiar; nadie se arrepiente de su maldad preguntándose: «¿Qué he hecho?». Cada cual sigue sus correrías, como caballo lanzado al ataque.

Ezequiel 22:6

Ahí tienes a los príncipes de Israel: cada cual utiliza su poder para cometer crímenes;

Miqueas 2:1

¡Ay de los que planean la maldad y traman iniquidades en sus lechos! En cuanto se hace de día lo ejecutan, pues tienen poder para ello.

Miqueas 7:3

Emplean sus manos para el mal: el príncipe pone exigencias para el bien, el juez se deja sobornar, el poderoso proclama su ambición.