El Señor del universo, que te plantó, ha decretado una desgracia contra ti, a causa de la maldad de Israel y de Judá, de todo lo que hicieron para irritarme, quemando incienso a Baal.
Pero así dice el Señor: Cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, me voy a compadecer de sus moradas; reconstruirán la ciudad sobre sus ruinas, los palacios estarán donde corresponde.
Y del mismo modo que los vigilé para arrancar y destruir, para arrasar, aniquilar y maltratar, también los vigilaré para reconstruir y plantar —oráculo del Señor—.