Por aquel entonces mandó un mensaje el Señor a Isaías, hijo de Amós, en estos términos: —Ve, descíñete el saco de la cintura y quítate las sandalias de los pies. Así lo hizo [Isaías] y anduvo desnudo y descalzo.
Si hubieran participado en mi consejo, transmitirían mis palabras a mi pueblo para que se convirtiera de su mal camino y abandonase sus malvadas acciones.