¿Abandona los riscos escarpados la nieve que cae sobre el Líbano? ¿Se corta el agua fresca que fluye libremente?
Simón Pedro le respondió: —Señor, ¿a quién iríamos? Solo tus palabras dan vida eterna.
Por eso, así dice el Señor: Preguntad por tierras de paganos si alguien oyó cosa igual: algo horripilante ha cometido la doncella, capital de Israel.
Pues mi pueblo me ha olvidado y ofrece incienso a una nada: tropiezan por sus caminos, por los senderos de siempre, van caminando por sendas y veredas escabrosas.