Los asnos salvajes están junto a las dunas, ventean lo mismo que chacales; tienen los ojos mortecinos: está la tierra sin hierba.
Ved: el palacio abandonado, la ciudad bulliciosa vacía, la colina y la atalaya convertidas en montón eterno de ruinas: delicia para los asnos, pastizal para rebaños.
asna habituada al desierto, que en pleno celo ventea. ¿Quién controlará su pasión? No se fatiga quien la ansía, siempre la encuentra dispuesta.
Se gastaban nuestros ojos aguardando ayuda en vano; vigilantes esperábamos a un aliado que no salva.
Por eso nos duele el corazón, por eso se nos nublan los ojos:
¡Cómo muge el ganado! Deambula vacilante la vacada porque no encuentra pastos; también las ovejas desfallecen.
Jonatán le respondió: —Mi padre ha perjudicado al país. Observa cómo se me ha iluminado el semblante al probar solo un poco de miel.