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Referencias Cruzadas

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Jeremías 12:3

La Palabra (versión española)

Tú, Señor, me conoces y me ves, has examinado mi actitud hacia ti. Ponlos aparte como ovejas destinadas al matadero, sepáralos para el día de la matanza.

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23 Referencias Cruzadas  

—¡Ay, Señor!, recuerda que me he comportado con fidelidad y rectitud en tu presencia, haciendo lo que te agrada. Y rompió a llorar a lágrima viva.

Bien sé, Dios mío, que tú sondeas las conciencias y amas la sinceridad. Por eso, yo te he hecho todos estos donativos voluntaria y sinceramente, y ahora veo con alegría que tu pueblo, aquí presente, también ha contribuido voluntariamente.

Él, en cambio, conoce mis andanzas; si me prueba, saldré purificado como el oro.

el Señor sondea al justo y al malvado, él detesta al que ama la violencia.

Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón, pruébame, penetra mis pensamientos;

Me has sondeado, me has examinado de noche, me has probado y no has hallado mal alguno. Mi boca no ha pecado;

Hazme justicia, Señor, pues camino con rectitud. En el Señor confío, jamás dudaré.

¡Que acabe la maldad de los malvados! Fortalece a la persona recta, tú que sondeas el corazón y las entrañas, tú que eres un Dios justo.

Tú lo sabes, Señor: No me olvides y ocúpate de mí, véngame de quienes me persiguen. No descargues mucho tiempo tu ira sobre mí, ya sabes que soporto oprobios por ti.

Pero yo no te presioné para pedirte desgracias; tampoco estuve deseando la llegada de un día infausto. Tú conoces lo que han dicho mis labios, pues lo han dicho en tu presencia.

¡Fracasen mis perseguidores, no sea yo el fracasado; que sientan ellos terror, no sea yo el aterrado! ¡Envíales el día funesto, destrózalos con doble destrozo!

Señor, que examinas al honrado, que ves sentimientos y pensamientos, ¡que yo vea que te vengas de ellos, ya que a ti he encomendado mi causa!

Sube el destructor de Moab y sus ciudades, baja al matadero la flor de sus guerreros —oráculo del Rey, del Señor del universo.

Matad todas sus reses, que acaben en el matadero. ¡Ay de ellos, llega su día, el momento de rendir cuentas!

Caerán heridos en tierra caldea, gente atravesada en sus calles.

Por tercera vez le preguntó Jesús: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció al oír que le preguntaba por tercera vez si lo quería, y contestó: —Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Entonces Jesús le dijo: —Apacienta mis ovejas.

Habéis vivido con lujo en la tierra, entregados al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza.

Tales individuos son como bestias sin seso, destinados por su naturaleza a ser atrapados en el cepo y a morir. Injurian lo que ignoran, y morirán con la muerte de las bestias,




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