Yo era un cordero llevado al matadero; no sabía que andaban maquinando mi muerte: «Destruyamos el árbol en pleno verdor, vamos a arrancarlo del mundo de los vivos, que su nombre no vuelva a ser mencionado».
Por eso, su camino se les hará resbaladizo; empujados a las tinieblas, en las tinieblas caerán. Traeré contra ellos la desgracia el año en que les pida cuentas —oráculo del Señor—.
Los estoy vigilando con intención de enviarles no beneficios, sino calamidades; haceros daño, no bien. Todos los judíos que viven en Egipto morirán víctimas de la espada y del hambre, hasta que yo acabe con ellos.
los mercenarios que tiene son como novillos cebados, pero también ellos le dan la espalda: huyen a una sin detenerse, pues les llega el día del desastre, el tiempo de pedirles cuentas.
El que huya del terror caerá en la zanja, el que salga de la zanja caerá en el lazo; pues haré que le llegue a Moab el año en que le pida cuentas —oráculo del Señor.
Así dice el Señor del universo: Rebusca en el resto de Israel igual que se rebusca en una viña; pasa tu mano como el vendimiador examinando los pámpanos.
Deberían sentirse avergonzados por haber cometido abominaciones; pero no se van a avergonzar, ni siquiera conocen el pudor. Por eso caerán entre otros caídos, se hundirán cuando venga a castigarlos —oráculo del Señor—.
Han llegado los días del castigo, ha llegado el tiempo de la paga. ¡Que lo sepa Israel! Está trastornado el profeta, desvaría el hombre del espíritu a causa de tu gran iniquidad, de la enormidad de tu odio.
La casa de Jacob será fuego, y llama la casa de José; la casa de Esaú será paja que será abrasada y consumida. No quedará ninguno vivo entre los descendientes de Esaú. Así lo ha decretado el Señor.
Es como una zarza el mejor de ellos, y el más recto [peor] que mata de espinos. Tú vas a intervenir en el día de la cuenta que tus centinelas han anunciado; con ello llegará su desgracia.
y te destruirán junto con todos tus habitantes. No dejarán de ti piedra sobre piedra, porque no supiste reconocer el momento en que Dios quiso salvarte.